jueves, 31 de enero de 2013

nosotras...Y LA HIDRATACIÓN I

¡Hola a tod@s!

El otro día Perfumerías Marionnaud contó conmigo para hacer un videoreportaje para La Vanguardia.com, en el cual en 3 PASOS se contaba cómo hidratar las manos en invierno.

No sé si vosotras sois de las que hacéis este tipo de rituales con las cremas, yo debo decir que la verdad que no soy de muchos... pero después de probarlo, voy a empezar a cuidar mi piel un poquito más y además ahora con el frio que hace....
Me lo pasé bien y estuvo divertido. Además este ritual de hidratación es muy rápido y te deja las manos súper suaves.
A mi sommes Julia seguro que le encanta el apartado del masaje manil, ya que es muy asidua a este tipo de cosas.... aunque como yo, no los da nadie ;-) ¿¿eh?? jaja

Bueno, ahí van unos consejillos y mi aparición como modelo de manos... en breves, atentos: cómo hidratar tu rostro ;-) oh yeah!!!!


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martes, 29 de enero de 2013

nosotras... y LLUVIA DE ESTRELLAS!!

Desde que tengo uso de razón y edad suficiente para desplazarme por la ciudad sola, yo, cuando voy en transporte público y sin compañía, suelo hacer dos cosas. Una, quedarme en babia mirando la calle y la gente pasar. Y dos, escuchar la radio con mis cascos haciendo zapping entre mis emisoras de música favoritas hasta que encuentro LA canción. Esa que me llega a la patatilla. A veces no la encuentro y tengo que conformarme con alguno de los temas chumbachumba del momento, que tampoco van nada mal de vez en cuando, no os creáis. Cuando los smartphones llegaron a nuestras vidas, otras tareas se unieron a estas de las que os hablo: tuitear, feisbuquear etc etc etc etc...

Hace un rato, con el atuendo que hoy os enseño, volvía de casa de mi abuela en autobús, con la panza llena de roscón, como debe ser un buen día de San Valero en Zaragoza.
Tenía poca batería en mi teléfono, así que he decidido restringir mis actividades a las que tan solo hacía antaño. Cuando ya estaba llegando al final del trayecto, ha aparecido en la radio, de repente, una de mis canciones predilectas de siempre. Ya lo era incluso antes de tener esa edad suficiente para desplazarme por la ciudad sola.
Hablo de 'I will always love you', de Whitney Houston. La canción que yo cantaba a grito pelao al lado del radio cassette cuando tenía, qué se yo, ocho o nueve años. La canción que aún me sigue poniendo la piel de pollo. La canción que yo soñaba con interpretar en Lluvia de Estrellas tras lanzar un beso al público y adentrarme en la puerta de humo para después aparecer disfrazada de Whitney. Perdón, debido a mi corta edad, todo esto debía ocurrir en Menudas Estrellas.
Y ahora que hemos he sacado este tema. Telita con el programón. Ojo con Bertín. Al loro con esos chavales que debutaron allí y que más tarde se hicieron "conocidos". Como por ejemplo, Tamara (la de los boleros, no Yurena ni Ambar). Un, dos, tres, responda otra vez.

Pero sin duda, si tuviese que escoger alguna de las cosas más asquerosillas que veíamos en el gran Lluvia de Estrellas, me quedo con la despedida.
Porque recuerda, amigo que ahora lees esto. No tires nunca la toalla. No cejes en tu empeño. Sabes que tienes talento, puedes triunfar en el mundo de la canción. DENTRO DE TI, HAY UNA ESTRELLA.


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¡Besos para todossss!

domingo, 27 de enero de 2013

nosotras... y PREMIOS: ¿SÍ O NO?

Nos encontramos en plena temporada de premios cinéfilos, algo que a mí no me convence en absoluto. Muchas de las películas que más me han gustado durante el año no están siquiera nominadas y además, a veces da la impresión de que se esconde tras los premios una mafia más chunga que las de las propias películas.

Pero a mí, aunque me parecen una patraña a la que no hay que darle demasiada importancia, me gusta tragarme las galas de pe a pa. Con alfombra roja, con gracietas de los presentadores y con discursos soporíferos. Con todo. Y a veces, hasta me emociono. Con emocionarme no me refiero a echar unos lloricos mientras ese actor que tanto me gusta recoge un premio, si no a pensar en lo increíblemente molón que sería vivir una situación de este tipo. Creo que pertenecería a ese grupo de gente que parecen retrones totales agradeciendo el galardón. Eso sí, una cosica os voy a decir: a ir divina de la muerte no me ganaría nadie;) 

Os cuento esto porque hoy, día en que he llevado el look amostazado que os enseño, he visto el tráiler de los próximos premios Goya, que se emitirán el 17 de febrero.
Puestos a escoger una gala de premios, yo me quedo con la española.
Mucho se les llena la boca a algunos rajando del cine español y sí, cuenta con truños como pianos, pero como en todos los sitios, ¡leche!
Para qué queréis ver a la Angelina enseñando garra o a Johnny Deep con pintas de homeless si podéis disfrutar de Resines o Loles León. Y si no, mirad:


Amigos: dura 57 segundos de ná, no me seáis perezosos



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¡Besos para todos!

miércoles, 23 de enero de 2013

nosotras... y LLOROS EN EL TEATRO!!

El otro día fui al teatro a ver 'De ratones y hombres', una obra escrita por John Steinbeck.

A veces las historias tristes son las más bonitas. Te llegan al corazón, lo sacuden un poquito y te conmueven hasta incluso hacerte llorar.
Yo soy sensiblona, lo reconozco. Y no me importa serlo, porque emocionarse es incluso saludable.

PERO (ya sabéis, siempre hay uno).

A veces las historias deprimentes no son las más bonitas. Te llegan al corazón, lo estrujan demasié hasta que te quedas sin una sola gota de sangre y te hacen llorar ríos infinitos de lágrimas.
Yo soy sensiblona, sí, pero tampoco es que disfrute sollozando, qué narices.

Los actores de 'De ratones y hombres', Roberto Álamo y Fernando Cayo, entre otros, estuvieron grandiosos. Y la obra es buena y está muy bien llevada al teatro.
Pero no me gustó.
Sé que  la vida a veces es una perraca despiadada y que no hay que cerrar los ojos ante esa realidad. Está bien leer y ver historias de todo tipo y no solo quedarnos con las que son de color de rosa y tienen un final feliz. Pero no es necesario ser tan increíblemente deprimente. O al menos no es necesario para mí y no es esa la interpretación que a mí me gusta darle a lo que a uno le sucede en la vida.

Así que allí estaba yo en el Teatro Principal, ocultando mi cara con un pañuelo en uno de sus incómodos asientos de las primeras filas. Llorando como un magdalena tras bajar el telón y sin poder siquiera aplaudir a los actores cuando volvieron a aparecer en escena para saludar. Y seguí llorando cuando me iba hacia casa por la calle, porque no había pasado un tiempo suficientemente amplio para que el disgusto desapareciese. Más tarde, cuando me tomé un vaso con galletas antes de dormir, estaba más entera. Y en las fotos que me hice al día siguiente, pues muchísimo mejor. Pero qué pena más grande, madremía.
En fin. Añadiré 'De ratones y hombres' a mi lista de momentos bochornosos en cines o teatros. Espero que  haga buenas migas con algunas de sus compañeras, como 'En busca del valle encantado' y 'Titanic';)



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lunes, 21 de enero de 2013

nosotras... y EL RETO: ANIMAL PRINT!!

Mi animal favorito siempre ha sido el cocodrilo. No me preguntéis por qué, yo tampoco lo sé. Un día me levanté y esto ya era así. Creo que me resultaban misteriosos y a mí la intriga, me gusta. Ahora que lo pienso, al parecer sentía una especial atracción por los reptiles, ya que mi segundo animal favorito (yo es que hacía listas de todo) era la serpiente.
Había antaño un bar por mi barrio en el que, a parte de ir a tomar algo, se podían allí admirar varios tipos de serpientes e incluso había un caimán chiquitillo y ¡un mini-tiburón! Mientras mis padres y sus amigos charloteaban tomando unas cañas a mí me encantaba estar mirando fijamente cómo estos reptiles no se movían ni un ápice. Claro, a saber cómo estaban de drogados los pobres, metidos en aquellas jaulitas tan pequeñas. Aunque yo nunca fui testigo, la gente contaba que a veces daban de comer a las serpientes delante de todo el mundo. El dueño se acercaba con un desgraciado ratoncillo y se lo daba al reptil ante la atenta mirada de los clientes.
También creo recordar que una vez, uno de estos animales que habitaban en el bar escapó (ahora no recuerdo cuál) y se le estuvo buscando por la ciudad unas horas o tal vez días. Pero quién sabe. Puede que solo fueran rumores o que sea producto de mi imaginación.
 
Pero vayamos a lo que de verdad quería contaros, que toda esta historia me está poniendo triste al pensar en aquellos animalillos.
 
¡Tenemos nueva entrega de El Reto! Y el protagonista esta ocasión, he aquí viene la conexión con el párrafo anterior, es... el animal print.
A pesar de lo que me gustaban las serpientes, he escogido un vestido con estampado de leopardo. Que estos felinos, también son muy atractivos;)
Para acompañar, mis Dr. Martens y un bolso que me costó... ¡un euro! Si a estas alturas aún no os convence eso de ir de mercadillos, ¿a qué estáis esperando? 
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No os perdáis las otras propuestas de mis compis retadas:

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Ellas llevan el estampado salvaje...

A Sweet Day, en sus accesorios
Lula Closet, en su vestido
Mua Carmen, en su camiseta
Sissy à la Mode, en sus ultrapitillos
 
 
¡Besos para todos!

jueves, 17 de enero de 2013

nosotras... y ELLA BAILA SOLA!!

¿Por qué ya no me baila, un gúsano en la tripa, cuando suena el teléfono y escucho su voz?

Érase una vez dos adolescentes, que ahora son blogueras, se reunían algunas tardes después del instituto para cantar canciones de un grupo compuesto por una rubia y una morena.

Algun díiiiia, te arrepentirás. Tú sin mi-iiii no serás feliz jamás.

Ellas no eran ni rubias ni morenas. Por aquel entonces, una era castaña y la otra pelirroja. Se repartieron tareas: tú harás la voz aguda y yo la grave.

Chao cariño esta noche lo he pasado bie-en. Na, na, nanaranana na, na nanaranana...

En un casete grababan sus interpretaciones. Y no os vayáis a pensar, que no lo hacían nada mal.

Quiero ser tu florerooo, con micinturancha, muy contenta cuando me das el beso de la semana... SÍ

Con el tiempo dejaron esa afición y el grupo real se separó. Pero de vez en cuando recuerdan esos grandes temazos y los cantan tan emocionadas como antaño hicieron.

El día en que llevaba este look estuve tooodo el día escuchando Ella Baila Sola. Y me acordé de ti, my Dayana. ¿Cuándo nos volvemos a marcar otro dueto?

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lunes, 14 de enero de 2013

nosotras... y PALABRAS PARA JULIA!!

Hay días en los que nada puedo escribir. Como si mi cabeza fuese una tienda y quisiera venderos algunas de mis palabras, pero estas ya quedaron agotadas hace unas horas o unos días.
Por suerte, a veces alguna persona puede prestarme unas pocas. Hasta que mi mente vuelva a tener existencias, quizás queráis coger esas palabras de otros.
De esta forma, sí habrá palabras para Julia, solo que no escritas por ella.
Hoy me echa una mano José Agustín Goytosolo. Hoy él me ayudará a contaros algo en este post. Algo que escribió para su madre y para su hija, las cuales compartían un bonito nombre. Ese que mis padres igual me pusieron a mí. Por eso me enseñaron hace muchos años este precioso poema, que espero os guste a a vosotros también.


PALABRAS PARA JULIA

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.
 
Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.
 
Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.
 
Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.
 
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
 
La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.
 
Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.
 
Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.
 
Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.
 
Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.
 
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.
 
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.
 
La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.
 
Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.
 
Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.
 
Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.

 
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¡Besos para todos!

jueves, 10 de enero de 2013

nosotras... y LAS GEMELAS DE SWEET VALLEY Y EL PÚRPURA!!

De pequeña hubo una época en la que me encantaba leer los libros de Las Gemelas de Sweet Valley.
Tal vez vosotros conozcáis a las hermanas Wakefield por la serie de televisión, esa que echaban en TVE o La 2 en época de vacaciones (y que era jórribol, todo hay que decirlo).
Pues bien, yo ya sabía de su existencia desde hace muchos años antes.
 
Debía de tener yo unos diez u once años y a mí estos libros me traían loca. Ahora lo pienso y la verdad es que eran un poco mierder, una americanada como un piano. Pero.
Si no recuerdo mal, había tres colecciones distintas: la de color morado, "Las Gemelas de Sweet Valley" a secas, en la que las chicas aún estaban en el colegio. La de color amarillo, "Escuela Superior", que podría decirse que correspondía a su época en el instituto y por último, "Universitarias", cuando las chiquillas ya están más talluditas.
Yo me devoré casi todos los libros morados (que correspondían a mi edad), pero sí tenía una amiga más osada que leyó algunos de los otros y me contaba que eran mucho más interesantes, porque las gemelas ya salían de farra, ligaban con chicos e incluso "lo hacían". Dios mío, ¡yo era demasiado joven para leer eso! (aunque por supuesto estaba deseando)
 
Una de las gemelas, Jessica, era la malota y atrevida. Elisabeth, sin embargo, era estudiosa, muy formal y de las de novio de toda la vida. Mi favorita era Jessica, porque Elisabeth era demasiado ñoña y mojigata para mi gusto. La cosa es que Jess formaba parte, junto con un grupo de amigas híperpijas de la muerte, del Club Unicornio. Una de sus reglas (porque las había), era que todos los días debían llevar una prenda al menos de color púrpura. Un lacito en el pelo, un jersey, un brazalete,... lo que fuera. Pero algo púrpura. La que no lo cumpliera, desterrada de la cuchipandi.
 
A veces pienso que a mí me pasa lo mismo con el negro. Si no salgo a la calle con alguna prenda de este color, me siento como desnuda. 'Ay, hija, exagerá'. Pues así soy yo. Qué le voy a hacer. El negro me mola, ¿VALE?;)
 
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¡Besos para todos... especialmente para Jess y Liz!;)

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miércoles, 9 de enero de 2013

nosotras... y ZAPATILLAS!!

Cada vez que oigo, digo o escribo la palabra zapatillas, recuerdo una anécdota que me ocurrió hace algunos años en una clase del Instituto de Idiomas.
 
Yo estudiaba cuarto de inglés por aquel entonces y ese curso teníamos una profesora nativa que era un poco borde, aunque me caía muy bien. Era una de esas personas bordes que se hacen querer. Supongo que sabéis que hay dos clases de bordes, ¿no? Los que lo son por pura y terrible maldad y los que lo son vete a saber por qué, pero que en el fondo... son un cachicopan. Esta profe pertenecía al segundo grupo, así que yo, tan contenta.
 
Resulta que un día tocó dar una lección en la que se trataba el tema de los nombres. Primero, ella nos explicó los que más abundaban en su país de origen, Inglaterra (también nos dijo, con su cariñoso tono y ceño habitual que el nombre anglosajón que más odiaba era Agnes). Después nos preguntó por el top ten español y por supuesto María, Antonio, Laura, Pablo y cía estuvieron entre nuestras respuestas. Ya que esto era algo de sobras conocido por nuestra profe, que llevaba en España unos cuantos añitos, se interesó por los nombres latinoamericanos, que sí desconocía.
Fue entonces cuando algunos de mis compañeros comenzaron a contar historietas de nombres rarunos (especialmente cubanos) que al parecer habían oído al amigo del amigo del amigo de un tipo que conoció a uno que... enfin.
No os puedo asegurar que haya sobre la faz de la tierra gente con estos nombres, pero aquel día saltaron a la palestra algunos como Usnavy, Yotuel (sí, como el cantante que apareció en UPA Dance) y... zapatillas. ZAPATILLAS.
El careto que puso mi profesora la borde (y toda la clase, por supuesto) al oír este último fue... un poema, pero de los largos. Os lo aseguro.
"¿Zapatillas? What the hell! Are you kidding me?"
 
Últimamente me ha dado por llevar mucho zapatillas. El calzado, no el nombre. Y los Reyes Magos al parecer lo sabían muy bien, porque me regalaron estas que hoy os enseño. Molonas, ¿verdad? Sobretodo si las combino con un bonito jersey y mi collar de MaryCruz :)

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¡Besos para todos!

domingo, 6 de enero de 2013

nosotras... y LAS CHUCHES!!

¡Feliz día de Reyes, amigos!
¿Muchos regalos? ¿Empacho de roscón quizás?
Ahora que sale a relucir el tema del roscón. Pues que no es a mí un dulce que me motive mucho, fijaté. Y eso que yo soy, como en mi tierra se dice, muy laminera.
Pasteles, tartas, chocolatinas, natillas, galletas, croissants, palmeritas, gofres,... todo. Algunos me gustan más que otros, pero en general, adoro los dulzainos.

Hubo una época en la que las chuches me volvían loca. Ojo, hablo de las gominolas, no de ese grupo musical compuesto por aquel trío de chiquillas jóvenes (tremenda su colaboración con Junior... ¿qué fue de este peculiar tipejo?).
 
Mis preferidas eran las siguientes:
 

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1 - Algunos las llamáis nubes, pero yo los denomino jamones. Lo que desconozco es de dónde demonios viene este nombre. ¡¿Jamones?! WTF. En fin, qué más da eso, un manjar para mi paladar  igualmente son.
 
2 - Ay qué ricos los platanillos con sidral. Con ese intenso color amarillo que a saber cómo logran conseguir (mejor no averiguarlo).
 
3 - Para mí, toda la vida han sido tiburones. Pero cuando he buscado por Internet la foto hace un rato (que ya sabéis que yo realizo un arduo trabajo de investigación previo), me he encontrado con que se llaman orcas.
¿¡Orcas!? Qué engañados habéis estado todo este tiempo. ¡Son tiburones, está claro! Eso de que sean blancas y negras es... bah, una tontería.
 
4 - Mmmmm. Moras. Al principio me decanté por las rojas. Luego, por las negras.
Pero creo que en realidad ambas saben igual. ¿O tal vez no?
 
5 - Chicles Bubbaloo. Qué jodíos. El sabor desaparecía a los dos segundos.
Pero eso no importaba, porque... ¡tenía un apetitoso relleno líquido!
 
6 - Labios, blanditos y sabrosos. Mmmm.
¡Eh! Guarros. No había pizca de lujuria en mi descripción.
 
Esto no ha terminado aún, tengo que confesaros algo más:
He dejado mi súpermegahíperfavorito para el final.
La chuchería que yo amaré eternamente...es, tachán, tachán...
 
EL CHICLE DE MELÓN
 
Durante toda mi adolescencia, siempre llevé encima una gran cantidad de estos chicles. Iba sustituyendo uno tras otro cuando el anterior perdía el sabor. Siempre digo orgullosa que yo nunca he fumado. Ahora que lo pienso, tal vez sufría una adicción mayor.
El caso es que hubo un momento en que, no sé exactamente por qué, el formato de los melones cambió. Pasaron a ser de otro estilo, más enclenques y sin sidral en su interior. Decidme que no estoy loca, decime que vosotros también os disteis cuenta de esto:

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Dejemos este trauma que tengo con los melones a un lado.
Os desvelaré por fin la razón de escribir este post.
Otras míticas gomilonas son las culpables.
Las cantimploras:

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El viernes pasado fui a tomar algo con unos amigos a un bar. En medio de la mesa en que nos sentamos yacía una de estas cantimploras. Estaba vacía, dejada probablemente por los que allí se habían sentado anteriormente, pero la reconocí ipso-facto. ¡Era una de esas "cosas" que yo tomaba de vez en cuando en mi época de chucherópata!
 
Este es el modelito que llevaba ese día. Espero que os guste, tanto como a mí las gominolas (por si no ha quedado claro ya) ;)

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¡Besos para todos!
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