martes, 31 de julio de 2012

nosotras... y UN PILLADÓN DEL QUINCE!!

Pillada: sorprender a alguien en un engaño o haciendo algo.

Pues sí. Varias veces en mi vida he sido víctima de la frase '¡¡Menuda pillada!!'
En mi caso, como hace años que soy muy buena y me comporto de forma excepcional, la mayoría de las veces que me han cogido con las manos en la masa haciendo "algo", mis padres y la edad del pavo eran elementos indispensbles de ese pilladón.
Malditos padres... convencida estoy de que si les diesen a elegir entre los recuerdos del día de tu nacimiento o los de estas situaciones vergonzantes elegirían lo último. 'Aún te vislumbro como si fuera ayer escondido en el baño con aquel cigarrillo...' - serían capaces de decir en su lecho de muerte.

Hoy no contaré aquí ninguna de esas anécdotas que NO quedaron en el olvido. Sí lo haré con una que ocurrió hace poco. Pero ojo. En esta ocasión no fue a mí a quien se le hizo un pilladón del quince. ¿La protagonista? Mi perra Lula.
Es conocido en nuestra casa que en cuanto alguien sale por la puerta del piso dejándola sola, el endemoniado bichejo se traslada de su camita, esa en la que parecía estar tan cómoda antes de irnos, al sofá. Y allí parece estar roncando durante horas, porque cuando regresamos, a pesar de encontrarla en la puerta de casa recibiéndonos con cariño, si tocamos con la mano la parte del sofá donde ha estado, arde tanto que se podría freír un huevo allí mismo.
Ella sabe que lo sabemos y sigue haciéndolo. Pero tenemos una especie de acuerdo. Puede mancillar ese pequeño espacio, pero jamás en nuestra presencia. Es por eso que nunca hemos llegado a ver cómo lo hace.

Pero cuando estuvimos de vacaciones, Lula sí sufrió por fin un pilladón.
Estaba en otro entorno, otra ciudad, otra habitación... no había sofás, solo dos camas. En cuanto nos fuimos y se quedó allí, escogió rápidamente una de ellas para descansar plácidamente en su soledad.
Y esto ya pasaba de castaño oscuro. Dejamos una cámara de vídeo grabando para ver qué ocurría cuando nos íbamos de la habitación. Al regresar, comprobamos que la perra de ella no tardó ni un minuto en dirigirse a la puerta, ver que no se oía nada y tranquilamente ir a la cama y subir de un salto, donde estuvo quieta como una estatua a lo largo de toda la grabación.

Tres cosas diré para concluír este entrañable relato:
1. Todo esto no sirvió absolutamente para nada, ya que ella jamás sabrá que fue víctima de un pilladón del quince.
2. Imaginemos por un momento que al reproducir la grabación nos hubiéramos encontrado con que la señora de la limpieza o la recepcionista habían entrado en la habitación y habían estado, qué se yó, probándose mi ropa o duchándose en nuestro baño. Un fiestón, ¿eh?
3. Las fotos que hoy os enseño se realizaron allí, en la hostería donde nos alojamos. Mientras Lula, un poco más arriba, estaría haciendo lo que todos ya sabemos.
La hostería se llama Posada Las Viñas. Nos trataron muy bien y os la recomiendo si visitáis Noja. Además, nadie apareció en aquella grabación;)














Shorts: BLANCO
Camiseta: OYSHO
Sandalias: H&M
Bolso: MANGO



domingo, 29 de julio de 2012

nosotras... y RESTAURANTE KOKURA!!

Un día os conté que me gustaría hacer post sobre los restaurantes de Zaragoza a los que voy yendo. Como aún ninguno se ha dado por aludido invitándome a probar sus delicias y así publicitarlo en este blog, seguiré haciéndolo de forma desinteresada. Pero advierto: a Diana y a mí nos gusta el buen comer. Guiño, codazo, guiño;)

Hoy me gustaría hablaros de un restaurante japonés llamado Kokura. Está en la calle Julián Sanz Ibáñez, en el barrio de Las Delicias. Fui por primera vez hace muchos años y me gusta ir de vez en cuando, porque la verdad es que es uno de mis favoritos.

Como suelo vestirme antes de ir a comer a un restaurante (normalmente), nos detendremos unos instantes en el look escogido para la ocasión:











Vestido y brazalete: MANGO // Sandalias: H&M // Collar: BIMBA&LOLA // Bolso: PRIMARK


Iba mona, ¿eh? Tranquilos, si no os apetece acicalaros tanto y andar escogiendo atuendo dos horas antes, no llamaréis mucho la atención. La razón es que allí os pondrán un batín al estilo japonesito para que comáis con él.


Si eres una de esas personas que al oír restaurante chino o japonés se lleva las manos a la cabeza y cree que va a comer perro, quieto parao. Dejando al margen que eso que piensas es una soberana gilipollez, te diré que en este sitio podrás ver cómo cocinan los platos que vas a pedir en frente de tus narices y comprobar que los filetes de solomillo o salmón no parece que provengan de un can.


La carta del Kokura cuenta con múltiples platos además de varios menús. Los que yo he catado cuestan aproximadamente 25 euros y contienen bastantes cosas: carne, pescado, sopa, arroz, verduras...


Uno de los platos del menú que más me gusta es el del arroz. De vez en cuando, el momento en el que lo elaboran el público participa en el espectáculo, cosa que a mí me resulta muy divertida. Y hasta aquí puedo leer, que no quiero hacer ningún spoiler culinario...

Si os van los retos, aquí encontraréis uno: comer con palillos. Normalmente están sujetos en la parte superior con un cartoncillo y una goma para que resulte más sencillo, pero si tu nivel de atrevimiento es elevadísimo, puedes quitarlo y tardar dos horas en comerte cada plato. Si incluso con el truquito tienes problemas, don't worry, pides unos cubiertos occidentales y listo.

Mi nota es un 9, porque me gusta la comida, el servicio, el sitio... todo.
He leído algunas críticas en Internet en las que dicen que no es comida japonesa si no china y que tardaron en servirles. Nnguna de estas cosas me ha resultado a mí un problema. Siempre me han atendido rápido. Y qué queréis que os diga. Desconozco si la comida es del Japón, de China o de Mongolia... a mí me sabe rica y punto. Además, seguramente pocos de los restaurantes asiáticos que están fuera de su tierra serán fieles a la realidad. Me gustaría probar lo que venden como platos españoles en el extranjero...
Por poner alguna pega, que si no todo parece demasiado ideal de la muerte, diré que si quieres presenciar cómo hacen la comida en alguna de estas mesas con plancha puede que estés algo arrejuntadico a otra gente que no conoces. Es algo por otra parte normal, ya que si sólo vais dos personas es obvio que no os dejen una de estas mesas enterita para vosotros.


Espero que los maños os animéis a probar y los que no, ¡apuntadlo en vuestra agenda de futuros viajes!
¡Besos para todos!

jueves, 26 de julio de 2012

nosotras... y ESA MIERDA SECA LLAMADA DEPILACIÓN!!

Hubo una época, hace muchos años, en la que dos cosas me aterrorizaban más que nada: engordar y no ir bien depilada.
Amigos, no me juzguéis mal. En esta vida he experimentado muchísimos otros temores más razonables. Pero yo era joven. Ignorante también. Vosotras, chicas, me comprenderéis. Sabéis de lo que hablo, ¿no es así?
Con el tiempo, estas cuestiones han ido quitándome el sueño cada vez menos.

Dejaremos el tema de los kilos de más para otra ocasión y hoy nos centraremos en los pelos. Esos cabronazos. He probado muchos métodos de depilación, es más, creo que todos. Y puedo asegurar y aseguro que no hay ni uno solo que prefiera por encima de los demás. Son el horror. El infierno.
¿Disfrutas depilándote? Lo siento por ti, pero creo que sufres un desequilibrio mental.

Como os decía, antaño era una adolescente pelofóbica. A punto estaba de sufrir un infarto cuando salía a la calle y de repente me daba cuenta de que ahí abajo, en mi rodilla, había un pequeño pelo. Si iba a la piscina con los colegas, ojito con que me coscara de que se me veía en el sobaco no ya un pelo, sino una escasa pelusilla. Y las cejas. Ay madre las cejas. Mi reputación bajo mínimos si me encontraba a un conocido por la calle y ese día no había estado con la pinza ante el espejo quitando... NADA.
La verdad es que dentro de lo malo, he tenido suerte. No soy excesivamente peluda. Ni pensar quiero qué hubiera sido de mí en otro caso. ¿Repaso cejil tres veces al día? ¿Encierro de por vida en mi cuarto?

Ahora soy una pasotilla. A ver, que tampoco es que me vayáis a pillar en un renuncio con trenzas en las piernas. Pero qué queréis que os diga. Pues si miráis, igual encontráis un pelo. O dos. O tres.
Como en estas fotos. Estaba en la playa, más feliz que una perdiz y sin preocuparme por los pelos de más. Que te den, depilación. Ya que hay que convivir contigo, que sea lo menos posible.















Chaleco: BLANCO
Camiseta, cinturón y falda: H&M

martes, 24 de julio de 2012

nosotras... y EUSEBIO, ANTONIA, BALTASAR Y MARÍA!!

Nunca sabrán lo que es un blog, ni siquiera lo que significa eso de Internet. Pero aquí están, en un blog, en Internet.

Querida, ¿de quién estás hablando?, ¿quién es esa gente que aparece en el título? - os preguntaréis.
Es posible que lo que hoy os cuento no os interese demasiado. Todos tenemos cuatro abuelos y seguramente con vidas e historias parecidas.
Pero hoy me ha dado por recordar el pasado, incluso ese que yo ni siquiera he vivido.
Hoy me ha dado por ahí, esto es lo que ha venido a mi cabeza.
Hoy quiero hablar de mis abuelos.

Mi abuelo Eusebio nació el día 29 de enero de 1915 en Hornachos, un pueblo extremeño de la provincia de Badajoz. Luchó en la guerra civil y mi padre dice que nunca hablaba de ello. Emigró a Zaragoza en 1961, dejando atrás su vida de campesino. Aquí trabajó construyendo autobuses y tractores. Murió cuando yo tenía 11 años y su muerte fue la primera que yo viví de cerca. Le llamaba papi, porque todos mis primos, mayores que yo, han nacido en Francia y al parecer, así se llama allí a los abuelos.

Mi abuela Antonia, mi yaya, también nació en 1915, el día 17 de marzo, en un pueblo zaragozano llamado Ibdes. Su juventud, como la de muchos, no fue fácil, ya que su madre murió cuando ella tenía doce años y debió cuidar de todos sus hermanos menores. Tuvo dos hijos, un chico y una chica, que es mi madre. Seguramente no tenía ni idea de quién eran Chanel o Balenciaga, pero le encantaba la ropa y era muy presumida. Muchas de sus antiguas prendas ahora las llevo yo como una nieta orgullosa. Siempre conservó su memoria perfecta y pudo vivir por sí misma hasta que murió a los 94 años.

Mi yayo Baltasar cumplirá este sábado los 96 añazos. Iremos a celebrarlo a un restaurante japonés. Quién le iba a decir a él hace tiempo que llegaría a esta edad y comiendo delicias asiáticas. Como Eusebio, él también luchó en la guerra civil. Cuando yo estaba en segundo de bachiller, le hice una entrevista sobre el tema para la asignatura de Historia, en la que contó, entre otras cosas, que estuvo en la batalla del Ebro. Tiene un acento maño brutaloide y siempre ha llevado boina, a lo Paco Martínez Soria. Ahora va en silla de ruedas y vive en una residencia desde hace unos meses, donde está muy contento porque es muy sociable.

Mi mami, María, hizo 91 años el pasado 26 de marzo. Conoció a papi cuando este volvió de la guerra. Como ella era más joven, las de la edad de mi abuelo la criticaban por haberles dejado menos posibilidades, que la cosa estaba mala y escasa en el terreno amoroso. Trabajó de peluquera durante un tiempo, aunque la que me hacía trenzas cuando yo era pequeña era Antonia. Tiene alzheimer, pero no muy avanzado, así que sigue recordando que tiene que salir a la calle con los labios pintados, bien peinada y fijarse en la ropa de su nieta Julia, useasé, yo, para ver qué puede pedirme prestado.
Este domingo comí con ella y me vio con este look, del que le gustó el sombrero, que por supuesto quiso probarse. Imagino que el resto es muy atrevido para ella;)














Camisa, bolso y anillo: PRIMARK
Sombrerillo: H&M


domingo, 22 de julio de 2012

nosotras... y MONTGOMERY CLIFT!!

Tengo un nuevo actor favorito.
Ya lo había visto en varias películas, pero esta mañana he vuelto a admirarlo en otra y lo he decidido: se merece un post en Sommes Démodé. Porque molaba. Qué narices. Mola. Hay personas que se convierten en leyenda. Y hay actores que lo consiguen a través del cine. Sobretodo si este es en blanco y negro;)

Cuando termino de ver una película cuyos personajes siempre quedarán grabados en mi memoria cinéfila (porque esto ya se sabe en cuanto el The End aparece en pantalla), suelo informarme de quiénes eran o son esas personas reales que los interpretaron. Es algo peligroso, porque puede que lo que encuentres te decepcione. Tal vez descubras que ese impresionante galán es el ser más cruel sobre la faz de la tierra. O que esa simpática actriz que tanto te gusta en todas sus facetas pertenece a una secta muy chunga.
Pero a veces sucede justo lo contrario. Esto es lo que me ha pasado con mi nuevo ídolo, Montgomery Clift. Tuvo una vida interesante y complicada, como esos personajes en cuya piel se metía.
Montgomery, Monty para los amigos, empezó en el mundo del artisteo muy pronto y su carrera estuvo repleta de éxitos. Nunca consiguió un Oscar, aunque sí estuvo varias veces nominado. Como pasa con muchos de los actores de su época, no era todo tan chupimegaguay como parecía. El pobre tenía problemas con los calmantes y el alcohol. Parece ser que era homosexual, lo que en aquellos tiempos yo imagino que no ayudaba mucho.
Pero sin duda, lo que más me ha fascinado de su vida ha sido la amistad que mantuvo con la gran Elizabeth Taylor. Se conocieron rodando Un lugar en el sol (peliculón donde los haya) y desde entonces y hasta que Montgomery murió debido a sus adicciones, fueron uña y carne. De hecho (al loro), Elizabeth lo salvó de morir ahogado cuando este tuvo un accidente de coche.

Cómo me gustaría a mí hacer una escena de cine con Montgomery. Por supuesto, me vestiría como una diva de los cincuenta con ondas en el pelo y pestañas kilométricas.
De momento, para pasear por la calle una tarde de viernes, me conformo con un look más normalito y actual (aunque he de decir que mi compañía era tan buena como lo sería una estrella de cine)









Chaqueta: FOREVER 21, Shorts: BLANCO, Camiseta: H&M




jueves, 19 de julio de 2012

nosotras... y LOOKS Y LIBROS PLAYEROS!!

Este post está patrocinado por Sadie&Gen (y esta es la razón).

Una de las cosas que más me gusta hacer cuando estoy en la playa es leer.
Realmente la época del año me da igual. En octubre, agosto o febrero puedo engancharme a un libro y no paro hasta terminarlo, cual psicópata devora-historias. Pero cierto es que la playa y las buenas lecturas forman un combo muy apetecible.
Hoy, de momento, terminan mis vacaciones. Celebrémoslo con un homenaje a la lectura y los looks que me han acompañado estos días frente al mar.


El primer libro que he leído ha sido EL CAMINO BLANCO, de John Connolly, la cuarta novela de la serie del detective Charlie Parker. Os contaré cómo deshaceros de mí: dadme una historia de misterio medianamente decente y no os molestaré hasta que se resuelva el enigma. Bueno. Tal vez para hacerme unas fotos sí tenga tiempo...




Para pasear por este camino blanco, llevé:

Chaleco: BLANCO
Camiseta: OYSHO
Shorts: H&M
Collar: ZARA
Capazo: MISAKO


La segunda novelita que cayó en mis redes fue JULIET, DESNUDA, de Nick Hornby. Entretenido relato sobre una pareja inglesa algo inmersa en la rutina a la que están a punto de pasarle muchas cosas. Una pamelita (a pesar del poco sol) y lista para conocer a mi semitocaya Juliet...


Para ver a Juliet como Dios la trajo al mundo, llevé:

Pamela: H&M
Camiseta: PULL&BEAR


Por último, y libro con el que aún continúo, EL ÁNGEL NEGRO, de John Connolly. Sí, otra intriga de mi querido Charlie Parker… Qué queréis que os diga. Yo termino un texto que tiene una continuación y no descanso tranquila sabiendo que ahí está, esperando a ser leída...Así de obnubilada me tiene…




Para acompañar al detective Parker en sus aventuras, bastante abrigadita, llevé:

Shorts: PRIMARK
Jersey: H&M
Bolso: MANGO


Además de libros, también me he entretenido (y reído a carcajadas) con El Jueves, revista que nunca falla en mis viajes.

Espero que hayáis disfrutado con mis recomendaciones literarias y mis look playeros.

¡Besos para todos!
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