nosotras... y UNO, DOS Y TRES, YO ME CALMARÉ!!

Cuatro, cinco, seis... Todos lo veréis.

Queridos lectores, no sé si lo veréis, pero lo que sí que vais a comprobar es la mala hostia lechuga que llevo encima.
Son sólo las diez de la mañana, pero ya he experimentado en este corto período de tiempo una serie de catastróficas desdichas (película entretenidica que vimos hace un tiempo Diana y yo en el cine, by the way).
Dejando al margen mi penoso despertar (trasnocheo televisivo+madrugón no son buena combinación), os diré que mi trayecto hacia el tajo no ha sido un camino de rosas, si no más bien de espinas. No he podido sentarme en el tren (damage!!) y hacía un calor de cagarse, así que espero que mi camiseta no esté atufando ahora mismo. Poco tiempo he tenido para desayunar y no puedo comer nada hasta dentro de una hora. Tengo tanta hambre que hasta comería sin rechistar uno de los platos del buffet de la universidad.
El aire acondicionado del sitio en el que estoy (ajá, HOY) está a tope y mi garganta comienza a quejarse. La semana que viene me voy a un viaje megaguay y como un resfriado me lo arruine... soy capaz de denunciarles. No se a quién, pero juro que lo haré.
Para colmo, acabo de ver una carrera en mis medias de impresión. Ni sé la de veces que he asegurado no volver a comprar medias de chichinabo en Calzedonia. Pues nada. No se lo merecen, pero les sigo siendo fiel.
Pero lo peor de todo... es que mi móvil no me va bien y estoy teniendo problemas para entrar en Twitter. ¡¡Maldito mundo cruel!! ¿¡Por qué me haces esto!?

Son tonterías, sí. Pero todos tenemos derecho a despotricar (sólo un poco, ¿eh?). Y como no se me ocurría otra cosa que contar... Blanco y en botella.
Pensaré en lo relajada que estuve el anterior fin de semana. Lo pasé por Huesca, en la zona del Somontano. Vinos, buen tiempo, un entorno rural... No estuvo nada mal. Y esto es lo que llevé:

Blusa: PRIMARK

Vaqueros y bolso: ASOS

 

¡Besos para todos!