nosotras... y ÑAM ÑAM!!

Veréis. Yo de pequeña era una niña algo rarita.

No me refiero a que tuviese tres orejas o un ojo en medio de la frente. No.

Hablo de la comida.

Me costaba horrores vaciar el plato que había frente a mí.

Recuerdo a mi madre desquiciada intentando que las carnes y los pescados (porque de las verduras ni hablamos) no me produjeran bolo.

Recuerdo sus gritos de desesperación cuando ni siquiera quería aceptar un trocito de fruta fresca y blanda.

Recuerdo que había veces que sí comía rápido y sin problemas.

Porque ya sabéis cómo funciona esto: con los dulces y los macarrones no sucede lo mismo;)

Con el tiempo y la madurez, se supone que las manías van desapareciendo. Se supone.

Ahora AMO comer. Incluso me gusta cocinar, fíjate lo que es la vida. Disfruto probando cosas nuevas, esas que antes no quería ni mirar.

Pero aún tengo mucho que mejorar. Sigue habiendo alimentos en mi lista de prohibiciones absurdas: Pimientos, ajo, cebolla, verduras en general, espárragos,...

'¡Dios mío! ¿Cómo puede ser que no te gusten los pimientos? ¡Y la cebolla! Con el gusto que le da a la tortilla de patata' - venga, soltadlo ya. Sé que estáis deseando.

Como muchos ya sabréis, ahora mismo me encuentro de vacaciones en Andalucía.

En concreto, en las provincia de Cádiz y Huelva.

Y qué maravilla de comida, my god.

Buena, bonita y barata. Y abundante. Así son las raciones, tapas y demás manjares por estas tierras.

Y para poneros los dientes largos, he aquí una pequeñísima muestra.

Mmmmmmmm.

Ñam ñam.

Se os va a olvidar hasta mirar el look.

Ahora disculpad, pero me tengo que ir a comer una paella;)

¡Besos para todos!