¿!Qué tal amigos bloggers!?
Ya que en el anterior post Diana hizo un recorrido por nuestras vestimentas pasadas y os contó algunas de las tendencias que con más o menos gracejo solíamos llevar, se me ocurrió que tal vez os interesaría saber algunos de los aspectos más...digamos mórbidos del asunto.
No voy a poner instantáneas de nuestra adolescencia (podríamos dejar eso para alguna ocasión especial...mejor dicho: MUY especial) y de hecho ya os he dejado caer más de una vez que me parece una época "horribilis" (si estás leyendo esto y estás en la edad conocida mundialmente como la del pavo, me gustaría abrazarte y decirte que todo pasará). Pero creo que recordar ciertas cosas nos sacarán más de una sonrisa, así que, vamos allá!!!
Ante todo, tranquila, Diana, no desvelaré el nombre del artista cuyo rostro lucían tus calcetines, tan solo hablaré del calzado. En mi caso utilizaba absolutamente para cualquier ocasión unas zapatillacas con algún trozo de tela abultado debajo de la lengüeta. Tremendamente sofisticado, ¿no creéis? Mi inseparable amiga, si es que lo sigue siendo tras esto, ejem, optaba, por el contrario, por unas increíbles plataformas...algo maquinerillas.
En cuestiones capilares, ¿recordais los mechones delanteros bien pegaditos a la cara con la raya en medio? Si estaban teñidos de color amarillo pollo, mejor que mejor, por favor. Pues sí, nosotras también nos apuntamos a esta moda taaaan elegante y favorecedora.
Me da la impresión cuando veo algunas fotos que: o llevaba camisetas hiper-extra ajustadas (y cortas, por supuesto) o súper anchas a lo vestido (pero no como las de ahora, vamos, que eran feas, hablando en plata).
Recuerdo también unas botas que se pusieron muy de moda. Para que me entendáis rápidamente, diré que eran como Converse con tacón. Tal vez el problema era que las combinaba fatal. Pero...puf, argg, puaj. Lo siento, sólo puedo explicarlo así.
Entiendo ahora que pongo lavadoras y también limpio algunas prendas a mano, lo harta que estaría mi madre de mis pantalones acampanados y la mierda que enganchaban por todas las calles de la ciudad. ¿Por qué nos negábamos a que nos cogieran el bajo, Di? No sé cuál era la razón, pero tenían que ser excesivamente largos, sino no eran tan guays.
No os quejaréis de trapos sucios. Por lo menos, como recompensa por esta autocrítica, podríais hacer lo mismo dejándonos un comentario contando esas tremendas tendencias del pasado que tan bien os sentaban (no sé si captáis la ironía).
Pero no todo va a ser malo. Tal vez dentro de unos años me parecerá que voy horrible. Lo dudo. Me parece que es un look monísimo. Y espero que a vosotros también os guste!! Aquí os dejo con un outfit navy en la Plaza del Pilar de Zaragoza.
Vestido, cinturón y bolso: H&M
Trench y cárdigan: ZARA
Pulseras: ASOS
Bailarinas: BERSHKA
Y por último, os enseño a la guapísima fotógrafa que tuve en esta ocasión...¡nuestra queridísima amiga María!
